A veces me pregunto si algún día será suficiente. No lo es, por ahora. Para llegar a ponerse la verdadera corona de una princesa hace falta caminar mucho y nunca es fácil. Esa corona no puede conseguirla cualquiera, y yo sé que no la merezco, por ahora.
¿Realmente hay un peso ideal? ¿Llegará el momento en el cúal sienta que mi cuerpo tiene esa perfección tan ansiada? No lo sé. Cuando mi amada y odiada báscula marque los 38 kilos, creo que tendré derecho a la corona, pero, ¿estaré satisfecha? Es difícil decirlo. A veces, al pensar en el pasado, no puedo creer que llegara a pesar 48, 49... ¡incluso 50 kilos! No, no quiero volver a pesar eso. Y nadie me decía que estaba gorda, al contrario, opinaban que estaba delgada, normal... Qué leches sabrán ellos. Al diablo sus opiniones. ¿De quién es el cuerpo? Mío, ¿no? Ahora, con 43 kilos de peso, sigo sintiéndome una mera aprendiz de princesa, nunca satisfecha, nunca perfecta. No noto esos huesos que dicen que asoman de mis clavículas. Mis piernas són demasiado anchas, todavía no tengo esa esbeltez en la barriga, que cada día tiene más grasa.
Intento ser objetiva, y darme cuenta de que mi talla es pequeña. Tengo una 34, normalmente, y pienso en las chicas que me rodean, en que la mayoría pesan más que yo y parecen contentas. Pero yo no puedo. No puedo conformarme con un peso normal, no puedo aceptar ser sólo delgada. Las princesas no comparten la objetividad de los demás. ¿Por qué su opinión tiene que ser la correcta?
Cuando salió la notícia y se publicaron las fotografías de la nueva campaña, cuando salieron esas preciosidades en la televisión y en todas partes... ¡Qué decir! Quedé impresionada. Todas, sin excepción tienen unos cuerpos envidiables, perfectos, únicos. ¿Quién podría criticar tal belleza? No se entiende y, sin embargo, dichas críticas ya han empezado por parte de los de siempre.
Vamos, que ahora opinan que, a diferencia de antaño, las modelos de Victoria's Secret lucen cuerpos delgados en exceso, y empiezan a hacer eco en todas partes de la poca precacución, por su parte, de mostrar tales cuerpos como modelo de ejemplo a seguir. En los periódicos y artículos periodísticos se ha hablado de la polémica que ha suscitado presentar a estas modelos, cito textualmente:, "de extremadamente delgadas figuras".
Pero bueno, ¿esto qué es? ¿Nos hemos vuelto locos? ¿Dónde está la delgadez enfermiza en estas chicas? ¿Qué és lo que les queda tan mal? ¡Nada! Son sencillamente magníficas. No tienen ni un gramo de más ni un gramo de menos. Sólo hace falta fijarse en el tipazo de Adriana Lima, Alessandra Ambrosio y Candice Swanepoel. Preciosas, preciosas de arriba a abajo.
Entre su forma de pensar y la mía... Vivimos en el mismo mundo y sin embargo nuestras mentalidades son diferentes. Eso es lo que quieren hacer creer a los demás, puesto que yo ya no creo que pienses del modo que dicen. ¿Que por qué hago esta reflexión?.... Es posible que sea porque estoy hasta las narices de escuchar cada día los mismos falsos comentarios.
El espejo y la báscula me dicen lo mismo cada día: "Estás demasiado gorda, todavía tienes que adelgazar...". Eso lo sé. ¡Y bastante! Mis piernas, mis brazos... Deeberían ser mucho más esbeltos, y mi barriga debería tener esa firmeza tersa, sin un gramo de grasa. Yo lo acepto, todavía me fata mucho para ser perfecta.
Pero los demás, todos, se empeñan en no aceptar esa realidad, y actúan cómo si sólo fuera mía. Si a alguien le comento mis deseos de perder peso me miran como si me hubiera vuelto loca. "¿Adelgazar?", me dicen. "¡Pero si ya estás muy delgada!". "¡Pesas 43 kilos!". ¡43 kilos! Y lo dicen como si fuera poco... Pero si conseguí pesar 39 no hace tanto, y hay que decir que entonces estaba muchísimo mejor. Me faltaba tan poco para llegar a mi peso ideal... Y aún así la gente se emperra en que 43 kilos ya són poca cosa. Lo dicho, que es pura hipocresía y falsedad. Hiprocresía, sobretodo, por parte de aquellos que están pasados de peso y no soportan a cualquiera que esté más delgado.
Su concepto de mujer delgada se ha distorsionado por culpa de la presión de la sociedad, que intenta vendernos que la delgadez ya no está de moda, que es malo para la salud, que a la gente no le gustan las personas con huesos... ¿Y a quién pretenden engañar? ¿Quiénes són las chicas atractivas de la televisión y las revistas? Las delgadas. ¿Quiénes són los iconos de moda? Las modelos, que están muy delgadas. ¿Se han modificado esos iconos? No, porque todos sabemos, en el fondo, que la delgadez es igual a lo atractivo y que la gente gorda nunca destacará por su físico. Con lo cual, no puedo soportar esta falsedad. Si es la misma sociedad la que nos empuja a la delgadez, ¿por qué luego se quejan? Allá ellos... Yo quiero ser perfecta.