sábado, 28 de enero de 2012

Mis opiniones y las de los demás... En un mundo a parte

Entre su forma de pensar y la mía... Vivimos en el mismo mundo y sin embargo nuestras mentalidades son diferentes. Eso es lo que quieren hacer creer a los demás, puesto que yo ya no creo que pienses del modo que dicen. ¿Que por qué hago esta reflexión?.... Es posible que sea porque estoy hasta las narices de escuchar cada día los mismos falsos comentarios.



El espejo y la báscula me dicen lo mismo cada día: "Estás demasiado gorda, todavía tienes que adelgazar...". Eso lo sé. ¡Y bastante! Mis piernas, mis brazos... Deeberían ser mucho más esbeltos, y mi barriga debería tener esa firmeza tersa, sin un gramo de grasa. Yo lo acepto, todavía me fata mucho para ser perfecta.
Pero los demás, todos, se empeñan en no aceptar esa realidad, y actúan cómo si sólo fuera mía. Si a alguien le comento mis deseos de perder peso me miran como si me hubiera vuelto loca. "¿Adelgazar?", me dicen. "¡Pero si ya estás muy delgada!". "¡Pesas 43 kilos!". ¡43 kilos! Y lo dicen como si fuera poco... Pero si conseguí pesar 39 no hace tanto, y hay que decir que entonces estaba muchísimo mejor. Me faltaba tan poco para llegar a mi peso ideal... Y aún así la gente se emperra en que 43 kilos ya són poca cosa. Lo dicho, que es pura hipocresía y falsedad. Hiprocresía, sobretodo, por parte de aquellos que están pasados de peso y no soportan a cualquiera que esté más delgado.

Su concepto de mujer delgada se ha distorsionado por culpa de la presión de la sociedad, que intenta vendernos que la delgadez ya no está de moda, que es malo para la salud, que a la gente no le gustan las personas con huesos... ¿Y a quién pretenden engañar? ¿Quiénes són las chicas atractivas de la televisión y las revistas? Las delgadas. ¿Quiénes són los iconos de moda? Las modelos, que están muy delgadas. ¿Se han modificado esos iconos? No, porque todos sabemos, en el fondo, que la delgadez es igual a lo atractivo y que la gente gorda nunca destacará por su físico. Con lo cual, no puedo soportar esta falsedad. Si es la misma sociedad la que nos empuja a la delgadez, ¿por qué luego se quejan? Allá ellos... Yo quiero ser perfecta.

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